Artículo por: Por: Msc. Santiago Bustos
El pacto Abrahámico
¿Se cumplió el pacto Abrahámico según los libros de Deuteronomio y Josué?
Deuteronomio así como los cuatro otros libros de la Torah o Pentateuco, lleva el nombre establecido por la versión griega del Antiguo Testamento, la Septuginta. Su nombre significa «segunda ley»[1] y también es «el libro mas citado»[2] en el Nuevo Testamento, sin embargo para una mayor comprensión del contenido del libro, el lector debe conocer y reflexionar en el nombre hebreo también llamado «Estas son las palabras»[3]. Es decir, estas son las palabras que dio Moisés al pueblo de Israel, para ser más específicos, las palabras de la ley que dio Moisés a la segunda generación de israelitas menores de 20 años (Nm 26:1-2), que eran pequeños o nacieron cuando salieron de Egipto en el año de «1445»[4] y que miraron a sus padres morir en el desierto luego de haber pactado con Dios y fallado al pacto, pero también haber dudado del poder de Dios para introducirlos en la tierra prometida, de estos solamente Josué y Caleb marcaron la diferencia (Nm. 14:26-45).
Para dar continuidad a la historia sobre el pacto Abrahámico y su cumplimiento, se observa en el libro de Numeros, que el pueblo de Israel y 601.730 soldados (Nm 26:51) de la nueva generación, se encuentran en las llanura de Moab, frente a Jericó y a orillas del río Jordán, el mismo lugar que registra Deuteronomio (Dt. 1) aunque con otra descripción. El pueblo recibe instrucciones de parte de Moisés, él los instruye a ser fieles a Jehová y al pacto hecho con sus padres y ahora renovado con ellos, de esta manera podrían poseer la tierra prometida son problemas, y por supuesto recibir todas las bendiciones prometidas por Dios para con Abraham y su simiente (Gn. 12:1-3).
Sin embargo Deuteronomio demuestra que este pueblo israelita que tomaría posesión de la tierra y luego la dividiría para las 12 tribus en el libro de Josué (Nm 26; Jos 1-24), también fallaría en su intento de obedecer la ley y guardar el pacto. En este punto es donde se debe considerar la diferencia entre el «pacto Abrahámico y el pacto Sinaítico»[5].
Ya que, el carácter del pacto de Dios con Abraham es «incondicional y literal»[6] y eterno (Gn. 15), por una parte porque conlleva la promesa realizada por Dios acerca de la simiente de la mujer que acabaría con la simiente de la serpiente (Gn. 3:15) y en donde Abraham (Gn. 12) y su descendencia son parte esencial del plan para toda la tierra. Pero también y por otra parte, tanto en Deuteronomio como en Josué, se evidencia la incapacidad total del hombre para cumplir con las demandas de Dios establecidas en su ley (Ex. 31-32), por tanto, la solución al problema del hombre está totalmente y una vez mas en manos de Dios. Tanto así, que el lector no solo lo observa en los oráculos de Balaam, bendiciendo al pueblo en cuatro ocasiones (Nm. 24) y mostrando el «compromiso de Dios hasta el final, haciendo uso, aún de un falso profeta»[7] en el libro de Numeros, sino tambien en Deuteronomio y según Grauman se establece la «primera mención del nuevo pacto»[8], postura con la que se concuerda en este escrito (Dt. 30:5-6).
Luego de haber sentado las bases, determinando el sentido incondicional de parte de Dios al pacto abrahámico en diferencia al sinaítico, y a fin de dar respuesta a la pregunta, ¿Cumplió Dios el pacto Abrahámico? se deben determinar, ¿Cuáles son las claúsulas del pacto, es decir, en que se comprometió Dios consigo mismo y con Abraham?.
En primer lugar, y de acuerdo al carácter del pacto antes descrito, Dios prometió a Abraham que recibiría una tierra en la que fluyen leche y miel (Gn. 12:1; 13:14-18), esta tierra fue entregada por Dios a la nación luego de su salida de Egipto, los límites habían sido marcados por Dios (Gn. 15:18-21) y aún a pesar de la desobediencia del pueblo, el Señor cumplió con su parte (Jos. 21:23-45), sin embargo el pueblo no conquistó todas las tierras que Dios le entregó y eso causó problemas en el pueblo que nuevamente los apartarían de su Señor y traerían juicio en el futuro, algo ya predicho por Moisés (Jos. 13:1-7).
En segundo lugar, Dios prometió a Abraham que haría de él una gran nación (Gn.12:2), aún a la edad de 75 años y teniendo junto a él a su mujer Sara, que era estéril, Dios amplia esta promesa, mencionando que naciones y reyes saldrán de él (Gn. 17:6), y mas adelante con el Rey David, a quien promete darle un descendiente que reinaría para siempre (2 Sam. 7:12-16). En Egipto antes de la salida hacia Canaán, esa pequeña familia de Jacob con 70 personas que entró a Egipto por mano de José, al final del relato de Génesis y después de aproximadamente 400 años se había transformado en la menos una nación con dos millones de personas.
En tercer y último lugar, Dios prometió en Abraham dar bendición y redención a todas las familias de la tierra (Gn. 12:3), esta promesa fue ratificada a su hijo Isaac (Gn. 21:12; 26:3-4), también al hijo de su hijo, Jacob (Gn. 28:14-15) y parcialmente cumplida a todas las familias de la tierra con la primera venida de Cristo.
Sin embargo, aunque obsevamos que Dios le dio una gran descendencia a Abraham, e introdujo a su pueblo en Canaán y aunque preservó la simiente de la mujer hasta Cristo, la respuesta a la pregunta inicial sería que: Aún no se puede decir que ya todo el pacto Abrahámico ha sido cumplido. Aún quedan profecías por cumplirse (Jer. 31:31-34; Heb. 8:6-13), aún no se ha establecido el Reino del Mesías en la tierra, aún Israel no se arrepiente, acepta al Mesías, es perdonado y restaurado (Ez. 20:33-37; Ro. 11:25-27; Za. 12:10-14).
Por tanto los libros de Deuteronomio y Josué presentan parcialemente el cumplimiento o la continuidad en el pacto incondicional de Dios para con Abraham, también presentan la incapacidad el hombre para obedecer la ley de Dios y de vivir de una manera santa con Él, y por último la esperanza en la simiente de la mujer prometida que algún momento por decreto divino acabará de una vez por todas con toda la obra de maldad en el creyente y nos regresará a esa comunión inicial que Dios quizo con su creación y prometida en Cristo Jesús (Lu. 24:44).
El escenario para el libro de los Jueces lleva el mismo guión de comportamiento expuesto con la primera generación de israelitas en el desierto, puesto que la segunda generación no puede superar la piedad de la primera, sino mas bien, es causante que «la tercera generación ni siquiera haya escuchado sobre la ley»[9], la obra, o la persona de Dios. En defininitiva, esto marcará en el pueblo un antecedente, Dios ha sido fiel a sus promesas y en palabras de Josué casi al finalizar su vida, «Dios cumplió con todo el pacto»[10] (Jos. 21:45), sin embargo, el corazón del hombre es inconstante en su promesas, no puede cumplirlas, por esta razón desde el plano divino Dios sustenta su simiente y desde el plano humano la simiente de la mujer sigue a la espera de quien será el Mesías que traiga realmente la fase final de las promesas Abrahámicas.
BIBLIOGRAFÍA
Fafasuli, Tito, Federico M., Abdías M., José P. eds. Deuteronomio. Nuevo comentario bíblico. El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1992.
Grauman, Josías. Apuntes de clase de «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I». Master´s Seminary, s.f.
Harrison, Everett F., Deuteronomio, El comentario bíblico Moody. Chicago: Editorial Moody, 1971.
LaSor, William Sanford, David Allan Hubbard, y Frederic William Bush. Panorama
del Antiguo Testamento: Mensaje, forma, y trasfondo del Antiguo Testamento. (Grand Rapids: Desafío, 2004).
MacArthur, John. Biblia de Estudio MacArthur. Grand Rapids: Editorial Portavoz, 2004.
[1] Fafasuli, Tito, Federico M., Abdías M., José P. eds. Deuteronomio. Nuevo comentario bíblico. El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1992.
[2] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 30 de Marzo 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.
[3] MacArthur, John. Biblia de Estudio MacArthur. Grand Rapids: Editorial Portavoz, 2004, 230.
[4] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 30 de Marzo 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.
[5] LaSor, William Sanford, David Allan Hubbard, y Frederic William Bush. Panorama
del Antiguo Testamento: Mensaje, forma, y trasfondo del Antiguo Testamento. (Grand Rapids: Desafío, 2004). 174.
[6] Everett F. Harrison, Deuteronomio, El comentario bíblico Moody (Chicago, IL: Editorial Moody, 1971).
[7] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 1 de Abril 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.
[8] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 27 de Marzo 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.
[9] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 1 de Abril 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.
[10] Josias Grauman, «BI 501: Estudios del Antiguo Testamento I» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 1 de Abril 2022, https://tms.instructure.com/courses/files/337?module_item_id=87183.pdf.