La Hermeneútica

Artículo por: Por: Msc. Santiago Bustos

La Hermeneútica

Todo oídor y hacedor de la Escritura es un hermenéuta por elección, convicción y devoción,  si presuponemos que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios, la comprensión y obediencia a la misma se convierte en un asunto de vida o muerte, en palabras de Chou «Conocer la Palabra de Dios es fundamental para una vida santa (Sal. 1:2; 119:12; 2 Ti. 3:16-17; 2 P. 1:3)»[1].

            Para Chou el propósito de su libro en síntesis, es el de proponer el sentido de la lógica autoral, es decir que el lector según Chou «Está obligado a entender las Escrituras, a la luz de la intención de Dios»[2]. Dios como autor divino y a quien Él eligió como autor humano, presentan en el texto bíblico una armonización y complementariedad en las ideas expresadas a lo largo de toda la Biblia y una misma intención a ser trasmitida al lector original, aunque con diferentes implicaciones y aplicaciones para la audiencia contemporánea. A lo largo del relato bíblico «La historia redentora»[3], es el punto de convergencia para cada escritor, aunque haya variedad de temas, géneros o estilos literarios, los escitores usaron los textos bíblicos en su propio contexto.

Sin embargo el problema recae en que, aunque el escritor haya guardado el sentido de la lógica autoral, será imposible en el tiempo presente llegar a entender y aplicar el texto bíblico de manera correcta, si es que el lector no puede conectarse con el texto, es decir, si atribuye un diferente significado al texto, que difiere del verdadero significado que el autor dio a su audiencia original.

Por esta razón Chou plantea mediante varios ejemplos, del cómo, cada uno de los escritores bíblicos seguía un patrón en la manera de interpretar, ya sea la ley, los profetas o el nuevo testamento, este patrón se basa en el correcto uso de la intertextualidad de la Biblia, es decir y en palabras de Chou, los profetas eran los exégetas y teólogos de su tiempo. De hecho Chou presenta en un capítulo entero sobre el hecho de que los profetas, sabían mucho más de lo que nosotros pensamos. Para finalizar el escritor plantea seguir la hermenéutica de los profetas, para de esta manera observar como Jesús y los apóstoles siguen la misma línea de interpretación de acuerdo a la lógica autoral de significado y trascendencia y cómo el cristiano hoy en día debe también seguir la misma lógica, que en otras palabras proyecta y motiva al estudio histórico, gramático, literal para interpretar el texto bíblico sin plantear nuevas doctrinas o peor aún de manera intencional mal interpretar el texto.

«Es evidente que no basta con decir simplemente: Creo en la Biblia. Una correcta interpretación de la Biblia es esencial».[4] Esta será la intención de Duvall y Hays en su libro, a diferencia de Chou, los autores no hablan directamente de la lógica autoral, sin embargo se puede entender por medio de la lectura que sigue el mismo patrón de interpretar la Bíblia de manera histórica, gramatica y literal. Los autores definen a este ejercicio como: «recorrido interpretativo»[5]. Este método, consiste según el autor en trazar un puente entre el autor y su intención a la audiencia original hacia el lector y su interpretación contextual, tomando en cuenta que la meta del lector no es crear nuevos significados, y usando la metáfora del puente, que ayuda al lector a cruzar ese gran río de lenguaje, cultura, tiempo, se propone trabajar con la base del «Principio teológico, ya que tiene un significado y aplicación tanto para los receptores originales como para los cristianos de nuestros días»[6].

El recorrido interpretativo presentado por Duvall y Hays, tiene cuatro pasos, que ayudarán al estudiante de la Biblia a entender y aplicar el texto bíblico de acuerdo a la primera intención del autor tanto divino como humano. El  primer paso para cruzar el puente interpretativo consiste en la minuciosa observación y busca entender el significado del texto bíblico para los receptores biblicos.

En segundo lugar es necesario preguntarse en cuanto a cuales son las diferencias de los receptores bíblicos y la audiencia actual, o medir el río a cruzar,  según el autor «Estas diferencias forman un río que no nos permite pasar directamente del significado de las palabras en su contexto, a lo que estas significan en le nuestro»[7].

En tercer lugar, es importante descubrir el principio teológico que subyace del texto, ya que «Dios ha ofrecido enseñanzas teológicas universales a su pueblo, de todos los tiempos»[8], el lector deberá hacer del principio el puente para cruzar el río de las diferencias.

Por último, todo texto bíblico sea del antiguo pacto o nuevo pacto tiene aplicaciones para el pueblo de hoy, el cuarto paso responde a la pregunta, ¿Cómo debería el cristiano aplicar el principio teológica a su vida?, según el autor pueden haber una serie de aplicaciones que el creyente de acuerdo a su realidad la aplicará, aunque la mayoría del tiempo, solo haya un principio  que subyace del texto.

A diferencia de Chou, Duvall y Hays, con quienes el lector disfrutará del sentido mayormente técnico de la materia, Grauman presenta un plano aunque técnico, también pastoral, su objetivo es definir cada uno de los procesos que intervienen en la hermeneutica, así como también marcar las diferencias entre «La hermenéutica que buscar darle sentido al texto y su complemento mediante la exégesis que persigue sacar el sentido del texto»[9].

            En primer lugar y a diferencia de los otros autores, Grauman sienta las bases para entender la materia definiendo ciertos términos teológicos y que serán usados a lo largo de la clase. Por otro lado también se explicó sobre otro tipo de interpretaciones usadas a lo largo del tiempo, que dieron paso a doctrinas extrabíblicas, como por ejemplo de la Iglesia Católica y su aferrado sentido de apego a la interpretación alegórica.

De aquí que nació el concepto y aplicación del Sensus Plenior, que en resumen, considera que el texto bíblico no solamente que tiene dos autores, uno divino y otro humano, sino que también tiene dos significados diferentes, uno el que quizo darle el autor humano y otro que está oculto en el texto y que fue el que Dios quizo darle en un inicio, pero que el escritor bíblico, no tuvo la capacidad de entenderlo, por tanto, y en el seno de la Iglesia Católica, es el magisterio católico, quien se encarga de buscar, hallar y enseñar dicho significado oculto al pueblo como si fuese una palabra dicha por el mismo Dios, aunque en algún momento dé la contaria a otra enseñanza de la Biblia. Lamentablemente esta primero idea y luego práctica funesta del sensus plenior se ha injertado también en la esfera académica y eclesial en el protestantismo contemporáneo y a mayor escala en los movimientos carismáticos.

El problema con esta práctica es que, es aborrecida por Dios, y va hacia un fin desastrozo, como lo expresa el apóstol Pedro en su primera carta, capítulo 3:14-18.

Grauman procura conducir al estudiante hacia el reconocimiento de una única intención en el texto, ya que si hay «Dos significados o interpretaciones, hay error en una de las partes y por tanto pecado, mas bien, entendemos que hay una primera intención en la mente de Dios y que por medio del Espíritu Santo hombres son llevados a escribir su Palaba y decir exactamente lo que Dios quizo que dijeran». [10]

Por último Grauman enseña a distiguir entre los diferentes tipos de contexto, que al momento de interpretar el texto, permiten encontrar el propósito del pasaje en el mensaje general de Dios en toda su Palabra o también conocido como contexto canónico, por otra parte también habló del coxtexto lejano, que explica como el pasaje estudiado toma parte en el el libro al cual pertenece y por último el pasaje a estudiar dentro de su mismo capítulo o sección o también llamado contexto inmediato. Realmente esta manera de interpretar la Biblia, asegura al interprete no crear nuevas doctrinas, o compararlas con otras que buscan dar el concepto completo a la historia de la redención.

            La reflexión final es que «Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo»[11].  Como se ha podido observar, interpretar incorrectamente la Escritura guía a la perdición, 2 Ped 3:14-15, es decir quien trabaje aún exhaustivamente en una hermenéutica incorrecta, irá paso a paso hacia desviarse de la verdad y por último a convertirse en un apóstata o falso maestro, es por eso la gran responsabilidad que tenemos de interpretar y obedecer correctamente el texto.


[1] Abner. Chou, La Hermenéutica de los Escritores Bíblicos: La búsqueda de la lógica autoral (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2019), 13.

[2] Abner. Chou, La Hermenéutica de los Escritores Bíblicos: La búsqueda de la lógica autoral (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2019), 13.

[3] Abner. Chou, La Hermenéutica de los Escritores Bíblicos: La búsqueda de la lógica autoral (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2019), 13.

[4] Robert L. Plummer, Preguntas y Respuestas Sobre Como Interpretar la Biblia: ¿Por qué es importante la interpretación bíblica (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2013), 67.

[5] Scott, Duvall y Daniel Hays, Hermenéutica entendiendo la Palabra de Dios, (Grand Rapids, MI: Editorial Clie, 2008), 577.

[6] Scott, Duvall y Daniel Hays, Hermenéutica entendiendo la Palabra de Dios, (Grand Rapids, MI: Editorial Clie, 2008), 577.

[7] Scott, Duvall y Daniel Hays, Hermenéutica entendiendo la Palabra de Dios, (Grand Rapids, MI: Editorial Clie, 2008), 577.

[8] Scott, Duvall y Daniel Hays, Hermenéutica entendiendo la Palabra de Dios, (Grand Rapids, MI: Editorial Clie, 2008), 577.

[9] Josias Grauman, «BI 505: Hermenéutica» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 17 de Enero 2022, https://tms.instructure.com/courses/2300/files/339087?module_item_id=87183.pdf. 

[10] Josias Grauman, «BI 505: Hermenéutica» (apuntes de clase, Master`s Seminary, sin fecha), 3, accesado el 17 de Febrero 2022, https://tms.instructure.com/courses/2300/files/339087?module_item_id=87183.pdf. 

[11] George. Santayana, La Vida de la Razón o fases del Progreso Humano (New York: Editorial Tecnos, 2005), 33.